Cuento de Navidad

Creo que no se controlar mis sentimientos, amo demasiado, odio demasiado, no me sale disimular, no puedo quedarme callada y la palabra hipocresía no esta en mi diccionario. Tomaré sólo lo bueno y lo malo a la basura. Que le vamos hacer? Asi soy no mas.
Soy mala mala MALA, dónde quedo mi compasión? no la encuentro x ni un lado. no tengo espíritu de mártir y menos ganas de poner la otra mejilla, me duele mucho y harto que me costo cerrar la herida, para abrirla solo por la tranquilidad del perla, ya le dije todo las pesadeces que tenia dentro y hoy cierro la puerta para no abrirla mas. acabo de olvidar todo, sufro de lagunas mentales...de que estabamos hablando????.

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Erase un vez, hace muchos meses una linda doncella de nombre Porrita que fue a un baile ofrecido por una damisela de su trabajo. en el salón se ofrecia un gran banquete, deliciosas carnes a la parrilla, acompañada de longanizas y abundante brebaje de uvas, brebaje favorito de nuestra doncella. Despues de comer, empezó el baile, Porrita fue invitada a danzar por el principe Felipe, representante de un reino muy lejano, tambien bailaba con Antonio, conde de un muy acaudalado pais del norte. Los tres bailarines, bebieron y bebieron.
De pronto Antonio dijo:
-Porrita, es tal tu belleza que quisiera fotografiarte en una de las habitaciones de palacio.
La doncella muy sonrojada respondio:
-Gran honor el que me hace, Conde Antonio, pero quisera que invitaramos a Felipe, ya que ha sido tan buen compañero de baile..no quisiera dejarlo solito en el salón.
Los tres trataron de mirarse a los ojos, pero el brebaje milenario ya habia surtido su efecto y se largaron a reir. corrieron a tropezones por los pasillos de palacio, riendo y bailando, ella de la mano de sus dos acompañantes.

Entraron en la recamara de la dueña de palacio.

-Ven acá- susurro Porrita al principe Felipe. se le acerco suavemente y lo empezó a besar, Antonio fotografiaba. Felipe extasiado le besaba el cuello, mientras que nuestra inocente Porrita sonreia para la cámara. Cuando el calor de sus cuerpos los hacia sudar, Antonio dijo con tono autoritario

-Principe Felipe, ahora es su turno se sacar las fotografias.

Entonces el conde, que era el mas candoroso tomó fuertemente a Porrita, la empujo sobre la pared y y se fue directamente a los pezones y los besó sobre el elegante vestido, empezo a besar su cuello, llego a sus labios y los mordio suavemente.
-doncella, esto es lo que he deseado hace mucho tiempo.- y la beso apasionadamente, dandole a conocer su laboriosa lengua.
-oh!, conde, yo tambien, no sabe como lo deseo!.- y le guiño un ojo al Principe, quien no dejaba de fotografiar.

De pronto, nuestra doncella se deshizo de los fuertes brazos del conde y se lanzo sobre el principe, ya que era por él que se quemaban sus entrañas. Y en medio de la habitacion se besaron y sus manos se recorrieron apasionamente, un bulto enorme sobresalia del pantalon ajustado de Felipe, buscando como afirmarse en el pubis de ella, fue entonces cuando ella sintio otro bulto en su trasero y una manos urgentes la empezaron a abrazar y a subir el vestido. totalmente prisionera solo se dejo querer, besaba la boca de el Principe y el Conde besaba su cuello, unas manos acariciaban sus senos enormes y erguidos mientras que otra mano trataba de urgar en su entrepierna. Los tres amantes se reian y murmuraban palabras sucias.

De pronto alguien golpea la puerta.

-Porrita estas ahi!?
-....
-quien ha osado ingresar a mi habitacion??

se abre la puerta de golpe.

-oh, mi distinguida damisela quisiera ud. fotografiarse con nosotros?.- dijo Porrita sonriendo y arreglandose el cabello.

-no gracias, les recuerdo que el baile es en salon.

-ups! vamos en seguida.

y los 3 caminaron detras de la dueña de palacio, tratando de disimular la risa y con las ganas a flor de piel
FIN



Este cuento paso por un zapatito roto, la proxima semana les cuento otro.
Feliz Navidad!!!!